viernes, julio 22, 2011

La vida es un recorte


¿Pueden los tuits de alguien transparentar o trasuntar su esencia? ¿Puede alguien caernos bien o mal solamente por sus posteos de 140 caracteres o menos?
Casi cualquier humano necesitaría bastante más que 140 caracteres para explicarse, definirse o describirse. Sin embargo en la era 2.0 el tiempo apremia: ya casi nadie cuenta con un ciclo de atención que le permita leer varios párrafos largos o complejos online. En pos de la velocidad y de aprovechar las burbujas de ocio para comunicar públicamente estados de ánimo, situaciones, reflexiones y actividades, todos abrevan en las fuentes de la síntesis. Al hacer esto inevitablemente algo queda por fuera, no dicho y para que el receptor lo autocomplete; como hacen los diccionarios predictivos de los celulares.
Un pastel con velitas prendidas rodeado de caras sonrientes con gorros de colores en forma de cono. Esto es un recorte personal y hecho a propósito de uno de los momentos más significativos de un cumpleaños. Cuando se mira esa foto no se sabe si uno de los invitados se manchó la ropa con gaseosa o si los regalos le gustaron al agasajado. A través de esta ventanita intencional supondremos que todos disfrutaron sin contratiempos y recompondremos la historia sin siquiera darnos cuenta. Esta escena, a veces real y a veces dirigida casi como si fuera una sesión de fotos profesional, es la que el protagonista decide mostrar. Elige el plano que más le favorezca, la mejor luz o flash, se abraza con quienes más quiere para decirle algo al espectador, que en la vida tuiteada no siempre forma parte del círculo más íntimo.


En cada pérdida hay una liberación

Algo parecido sucede con Twitter. En esos recortes de pensamientos y acciones que el usuario decide exponer, está eligiendo, editando, moderando, exagerando; conscientemente o no, aunque la mayor parte de las veces parezca un posteo espontáneo, una simple instantánea del momento. No es lo mismo tuitear "saliendo para el gym" que "entrando al shopping". ¿Qué les dice a los seguidores, muchas veces perfectos desconocidos, ese detalle en particular? Ese detalle arma la escena, como los gorros de colores o las velitas.
¿Y qué pasa cuando alguien tuitea que está triste? ¿Por qué lo comparte? Ese, definitivamente, no es uno de sus mejores momentos. Pero sí es el apogeo, el esplendor de su sentimiento y decide compartirlo con cientos de seguidores por eso. Porque es el mejor plano: el más brillante, de uno de sus sentimientos más profundos. Podría convertirse en uno de sus mejores momentos al lograr palabras de consuelo inmediato de sus múltiples ciberamigos. Hasta podría lograr la llamada de aquel amigo con quien hacía tiempo no hablaba.


Dime qué retuiteas y te diré quién eres

Esencia de laboratorio podría llamarse la que dejan ver los usuarios que producen muy poco contenido original y se dedican a reiterar los posteos de los tuiteros a los que siguen. En esta selección -casi nadie retuitea todo el material que tiene disponible, ya que se convertirían en simples replicadores-, el usuario está armando su propio recorte a partir del de otros, como si fuera un collage; quizás por falta de herramientas a la hora de explicarse o quizás para esconderse detrás de las muestras ajenas.
Los amantes de las intervenciones y los necesitados de estímulos disparadores constantes están de parabienes con esta metodología: uno puede subirse a un tuit y reformarlo, deformarlo, agrandarlo, achicarlo y postearlo citando la fuente o no.


Soy Lady Gaga

Hasta aquí, los tuiteros simples y mortales. Hay otros tuiteros: cuidadosos, esmerados, especializados en seleccionar el material que se dará a conocer a través del usuario de algún famoso, un político o de una organización. Estos son los profesionales del 2.0; nunca sus posteos son ingenuos.
El objetivo detrás de esos 140 caracteres podrá quedar claro o no pero lo cierto es que hay pautas específicas para la creación de estos contenidos. ¿Nos muestran invariablemente el collage que el jefe quiere o asoma tímidamente en algún tuit la personalidad de quien lo crea? ¿Es perceptible para todos o sólo para los que conocen íntimamente a ese tuitero?
En uno de estos tuits puede aparecer una interpretación errónea de la consigna, un tecleo desprolijo o un posteo sin relectura comprobatoria en favor de la velocidad y en desmedro de la calidad, en los que se logra leer entre líneas la historia y las realidades del community manager en cuestión. Claro que existe la opción de borrar, pero se vuelve fútil desde que la vida 2.0 va en vivo. Lo más probable es que un tuitero atento ya haya hecho un RT (retuit) de ese post con altísimas posibilidades de que se multiplique hasta el infinito.

Tuitear o no tuitear

En esta plasticidad de la comunicación actual es mucho más fácil decir que no decir. ¿Quién determina lo que está bien y lo que está mal? Los mismos usuarios. Esto es como tener acceso ilimitado a un ágora desde el teclado de cada uno: todos pueden opinar sobre lo que quieran y contar al mundo lo que sienten, desean, imaginan y hacen, durante las 24 horas del día sin censura previa, salvo en países como China o Irán, donde rige un estricto control sobre Internet. ¡Y es gratis!
El usuario se convierte en un experto guionista, director, editor, productor y distribuidor de su propia película. Este film a veces es fantasioso comparado con otros y en algunos casos no alcanza con 140 caracteres. Allí es donde en algunas ocasiones tampoco alcanzan las meras palabras y se echa mano a los videos caseros con mayor o menor producción, para postearlos en YouTube, Vimeo o cualquier otro servicio parecido que hasta permiten tener un canal propio. Pero esa es otra historia.
Es sorprendente: aunque parezca una reducción imposible de la complejidad humana, en 140 caracteres se pueden decir muchas más cosas que las que uno cree. Cada tuit nos muestra algo único: es un plano detalle, a piaccere, de la vida.

¿Cuál es el tuyo?

viernes, abril 09, 2010

Los pesados del acid jazz no paran

El ritmo está verdaderamente en el alma, en el pelo y hasta en los dedos de los pies de cada uno de los integrantes de The Brand New Heavies (Los nuevos pesados), tal como dice la letra de su canción “The Rhythm Is” (“El ritmo es”), incluida en su álbum We Won’t Stop (No vamos a detenernos). Este disco fue lanzado en 2003 únicamente en Japón y es muy recomendable aunque sea un poco más difícil de conseguir que otros.

The Brand New Heavies es un grupo de acid jazz y hip hop alternativo originario de Ealing, en las afueras de Londres, Inglaterra. Comenzaron en 1980 con otro nombre y en 1985 se convirtieron en lo que son hoy con integrantes estables: Jan Kin en percusión y teclados, Simon Bartholomew en guitarra y voces, Andrew Levy en bajo, teclados, composición y, por si fuera poco, también se ocupa de la producción. A esta formación se suma la impresionante voz de la experimentada N’Dea Davenport desde 1990 hasta 1995 y desde 2000 en adelante.

En este álbum participan muchos artistas invitados, entre ellos la joven poetisa y cantante independiente Gina Loring, quien merece un capítulo aparte. Esta dama nacida en Los Ángeles, le da toda su expresividad y su flexible voz al tema “The Rhythm Is”; una explicación sobre el hecho de que el ritmo forma parte de todo y una invitación a dejarse llevar por él. La idea queda demostrada y es muy fácil hacerle caso al escuchar esta canción con una base bastante funky sobre la que Gina se pasea con gracia y soltura. Esta artista tiene a quien salir ya que es hija del actor, director y cantante de ópera norteamericano William Marshall, ya fallecido.

Encontramos más temas sobresalientes en este disco complicado de conseguir pero fácil de escuchar -y bailar, por qué no-. Uno de ellos es el que da nombre a la grabación interpretado por Sy Smith, una joven actriz, productora y soprano neoyorquina dedicada al funk, R&B, go-go y jazz. En este tema no hace gala de su sorprendente registro alto similar al sonido de un silbato ya que no se justifica por el tono, si no que le otorga un fraseo y unas improvisaciones bien funk.

Otro tema que no se puede dejar de escuchar en este álbum es el que nos obsequia la mismísima N’Dea: “What Do You Take Me For?” (“¿Por qué me tomas?”) en el que nos muestra con alta energía una típica situación de amor despechado. N’Dea Davenport es la voz estable del grupo inglés. Nacida en Atlanta, EE.UU., además de gran cantante de R&B, soul, jazz, funk y hip hop entre otros géneros, es compositora, productora y percusionista.

We Won’t Stop es un disco que, sorprendentemente, no pierde su vigencia musical aunque el grupo haya seguido editando más trabajos y un must para los gustosos de voces muy expresivas capaces de contar una historia en cada canción y para los amantes de ritmos alternativos que unen funk, jazz y hip hop.


sábado, abril 25, 2009

Culpables

Al final del aviso aparece la frase “Me declaro culpable”. Pareciera que con este slogan las compañías involucradas quisieran tímidamente hacerse cargo de estar sosteniendo y perpetuando activamente una cultura misógina en la que el modelo de la violencia contra las mujeres es moneda corriente y en este caso, justificada por algo bastante trivial como manejar un auto. No deja de sorprenderme que aparezcan spots de estas características en la televisión del país que abolió legalmente la esclavitud antes que Estados Unidos. Buenos Aires es considerada, entre otras capitales de America Latina, una de las más liberales y vanguardistas en tendencias sociales y sus publicidades son altamente apreciadas en el mundo por su originalidad y creatividad. Los muchachos de Publicis Graffiti dejaron de lado sus mejores cualidades y decidieron que la representación ideal para vender el coche era la de una coqueta chica que termina con un ojo herido porque el caballero que la lleva no puede contenerse y aprieta el pedal justo cuando ella se está maquillando, como si sufriera un severo caso de aceleración precoz y no pudiera discernir. Probablemente encontraron pertinente que ella se mostrara bastante molesta con las indicaciones del médico y que desatara la situación diciendo “Vamos, ¿eh?” al instalarse en el asiento de acompañante, haciéndola aparecer así como una cabeza hueca total y reforzando el extendido discurso “te lo buscaste”.

Según explica Miguel Roiz en Técnicas modernas de persuasión:

Toda persuasión eficaz utiliza en algún grado la repetición de juicios de valor o ideas del emisor sobre acontecimientos de actualidad o bien sobre aspectos totalizadores: la vida, el mundo o el hombre, en el caso de la técnica de la propaganda; así como sobre determinadas ventajas o atributos positivos adscritos al producto o a la marca, en el caso de la publicidad.” pp. 63-64.

Entiendo que es muy difícil vender un auto pero pienso que es preferible no ligar sus atributos positivos a la violencia de género de manera particular o familiar, de manera general, ni siquiera en chiste.

Los casi treinta segundos del aviso de Renault Clio Sportway no son el único ejemplo. Se usa un modelo similar para publicitar unos caramelos ácidos. En este caso, Leo Burnett Argentina hace operar la violencia ya no física pero verbal sobre representantes del género femenino, quienes terminan entre perplejas e indignadas y por supuesto, sin defenderse. En una de las piezas, la pareja descubre y acusa a la señorita de bigotuda. Ella se ofende un poco mientras él trata de arreglarla diciendo que le queda bien y que no se afeite. El mismo está bastante mal afeitado y nadie le dice nada -o al menos decidieron no visibilizarlo- pero parece que la vellosidad natural femenina no esta socialmente aceptada en este lado del mundo. De este modo queda claro que si sos mujer y no respondés a cierto modelo de belleza te pueden agredir sin consecuencias de importancia. Más o menos lo mismo pasa en “Diez”, cuña en la que la protagonista pregunta por sus vacaciones a un compañero de trabajo y como si fuera poco, le pregunta también por las chicas, dando pie con eso a que él le diga que eran un desastre y que ella sería un 10. Mientras el joven hace estos comentarios denigrantes, ella, prototípicamente ofendida pero tan buena, lo ayuda con sus fotocopias dándole indicaciones. Es decir que, para Menthoplus Sour de Arcor, si sos mujer y te interesás por los demás, estos tienen derecho a atentar verbalmente contra tu aspecto; ademas tenés que bajar la cabeza y seguir colaborando para no correr el riesgo de pasar a ser la mala de la película.

La alta rotación y frecuencia de estas piezas dentro de la programación televisiva nos remite al concepto de repetición que menciona Roiz:

Como la repetición pura y simple fatiga y puede cansar al receptor, se acostumbra repetir persistentemente los mismos juicios de valor e ideas pero codificados en formas expresivas diferentes, y de forma además que los públicos puedan comprenderlos y memorizarlos con facilidad” p. 64.

Ahora bien, claramente el objetivo de estas cuñas es transmitir y reforzar las ideas relativas a los productos que están publicitando, sin embargo, lo preocupante es que en tres avisos de dos productos distintos aparecen escenas en las que se degrada o agrede a mujeres y se toma con humor. Estas escenas nos muestran juicios de valor sobre el comportamiento esperable de una mujer en dichas situaciones. Alguien podría refutar que son escenas cotidianas exageradas para reflejar la realidad en la pantalla pero ¿hay mujeres que soporten algo así? Sí, hay mujeres que soportan eso y mucho más y por esto es que se hace imperioso no sostener ni fomentar este tipo de comportamientos desde los medios de comunicación masiva. Estas piezas contribuyen a reforzar ideas y valores peligrosos que al estar tan instalados en la sociedad no se detectan como tales por los receptores y son tomados a la ligera.

¿Qué pasaría si la que hiciera los comentarios ácidos fuera una chica? ¿Qué pasaría si la que no pudiera contenerse de arrancar fuera una mujer? Seguramente resolverían la situación con un representante del sexo masculino que le diera un “garrotazo de amor” para no salirse demasiado del esquema.


Para ver los avisos mencionados, click aquí.


Fichas técnicas:


Titulo: Delineador

Agencia de Publicidad: Publicis Graffiti

Anunciante: Renault Argentina

Marca: Renault

Producto: Renault Clio Sportway

Director General Creativo: Diego Livachoff – Diego Sánchez

Redactor: Federico Frágola

Director Arte: Tomás Lavagno

Director de Cuenta: Fabián Wencelblat

Productora: Awards Cine

Realizador: Javier Altholz - Diego Nuñez

Productor Ejecutivo: Fernando Damiano

Post Producción: Edgard Allan Post

Director Fotografia: Leandro Filloy

País: Argentina

Categoría: Automóviles

Fecha: 06-10-2008


Título: Diez / Bigote

Anunciante: Arcor Argentina

Marca: Menthoplus

Producto: Menthoplus Sour

Agencia de Publicidad: Leo Burnett Argentina

Director General Creativo: Seto Olivieri / Pablo Capara

Director Creativo: Fernando Militerno

Productora: Cine 3 Chile

Realizador: Iván Otero

Post Producción: Bonita / Nonstop

País: Argentina

Edición LatinSpots: 85


Fuentes:

  • Roiz, Miguel: Técnicas modernas de persuasión. Biblioteca Eudema. Ediciones Pirámide, S.A., 1996. Madrid, España.



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